El Programa Cultural en Barrios promueve y fomenta el acceso a bienes y servicios culturales de todos los vecinos.
Fue creado en el año 1984, y en sus 37 centros culturales -ubicados en diferentes barrios- el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires brinda este servicio cultural descentralizado por medio de un cuantioso abanico de actividades artísticas, de formación, de actualización de técnicas, de experimentación y de producción ofreciendo más de 1200 talleres, cursos, seminarios, y producciones en forma gratuita.
El Programa Cultural en Barrios contribuye a conformar una sociedad moderna donde los bienes y servicios culturales puedan llegar a todos los niveles de la comunidad.
Es en el Centro Cultural donde los vecinos adquieren herramientas de conocimiento, despliegan su vocación artística y ejercitan conductas conscientes que redundan en respuestas más ciudadanas. Allí se alientan comportamientos sociales maduros y comprometidos basados en la libertad, el respeto, la responsabilidad y la tolerancia; principios fundamentales que permiten una mejor convivencia ciudadana. La cultura desarrollada concientemente es un factor imprescindible en el proceso de transformación social que necesita nuestra ciudadanía.

Por eso, la lucha conjunta hace a la necesidad de una política cultural para los talleres y todo el ámbito de la cultura, que surja del debate y organización de los trabajadores de los centros, vecinos y otras organizaciones culturales.
Hacia allá vamos.

POR QUE LUCHAMOS?

Histórico de lucha:

Nuestra tarea –fundamental para la sociedad- se ve amenazada año tras año a partir de la forma de contratación a la que son sometidos los más de 600 docentes -en 36 centros culturales- que sostienen el Programa.

Si bien a partir del año 2006 se reconoció la relación de dependencia luego de casi 25 años de precarización y fraude laboral (a partir de los “contratos basura”) por parte del GCBA, esta relación de dependencia no reconoce antigüedad, licencias, etc. por no contar con un estatuto ni estructura que determine deberes y derechos de los trabajadores docentes. 

Por otro lado, nuestros salarios se encuentran desactualizados, al haber recibido sólo algunos de todos los aumentos que recibieron, en cambio, el resto de los trabajadores del GCBA y en especial los docentes. Cabe destacar que los aumentos percibidos se lograron luego de mucha discusión y medidas de fuerza previas. Asimismo, al renovarse el decreto que nos recontrata cada año, nuestros salarios siempre son abonados con meses de retraso y, al finalizar cada año, no sabemos si tendremos trabajo hasta el año siguiente.

Al mismo tiempo, los centros culturales no perciben dinero para su funcionamiento (equipos de música para los talleres, fotocopias, productos de limpieza, materiales varios para los talleres, etc.) de parte del GCBA, con lo cual muchas veces se ven imposibilitados o dificultados de llevar a cabo sus tareas con normalidad.

Como consecuencia de los muchos años de esta precarización laboral, en el 2004 decidimos afiliamos a ATE (el único sindicato que nos dio cobijo puesto que éramos contratados y no teníamos recibo de sueldo) como método de lucha.

En el año 2008 la administración Macri intentó llevar adelante un recorte de talleres de casi el 60 %, situación que se pudo revertir a partir de la resistencia de la medida por parte de trabajadores (en su gran mayoría docentes), vecinos y alumnos.  Esta situación evidenció la  inestabilidad del Programa y de los trabajadores  debido a la falta de un estatuto que los reconozca como docentes con derechos. Existen docentes con más de 20 años de antigüedad en el Programa y sin embargo hoy un funcionario podría disponer su cese sin ningún tipo de derecho a indemnización, ni a reclamo administrativo para revertir la decisión.

Estructura de los Centros Culturales Barriales
La estructura u organigrama en los centros culturales se conforma de la siguiente manera: Coordinador del centro cultural, promotor cultural, administrativo (sólo en algunos centros culturales), auxiliares y docentes. 

Todos  los cargos menos los docentes están encuadrados en el escalafón del empleado municipal. A ellos los han ido pasando  paulatinamente a la planta permanente administrativa, medida que ahonda aún más las brechas en los modos de contratación entre el personal docente y el administrativo, redundando en una división en los objetivos de la lucha por la estabilidad.

Por otro lado, si bien existe la posibilidad de que en algún momento nos pasen a planta la estructura también sería del tipo administrativos, lo cual no se condice en nada con nuestra tarea diaria. Peor aún, los descuentos que nos realizan en los recibos de sueldo sí son los mismos que les realizan a los docentes: nos descuentan como docentes pero nos pagan como administrativos contratados!

Estatuto y Proyecto de Ley para el PCB
Por todo lo expuesto, los docentes (y algunos promotores y coordinadores) estamos elaborando un proyecto de ley para incorporar al Programa al Estatuto de docentes de Cultura (en el cual se encuentran, entre otros, el Instituto Vocacional de Arte, la Escuela de Arte Dramático, etc.) que nos otorgue los derechos (y las obligaciones) que actualmente tienen el resto de los docentes que están enmarcados en un estatuto (sea de Educación o de Cultura). 

Sin ir más lejos hoy los docentes del Programa cobramos un 25% menos que cualquier docente de educación y ni siquiera cobramos antigüedad ni plus de ningún tipo (vg. incentivo docente). 

En este camino, también se incorporó UTE a la representación de los docentes del Programa, puesto que ellos han dado luchas semejantes y han obtenido resultados satisfactorios. 

No se trata de sindicatos, ni de partidos políticos, se trata de darle a la Cultura el lugar que corresponde.